22/06/20
Desde el momento en que estalló el brote de COVID-19 en todo el mundo, Argentina estableció una serie de medidas para mitigar el contagio como ser: aislamiento social obligatorio, cierre de fronteras, reprogramación de deudas, bonificaciones extraordinarias, entre otras. Dichas acciones, en conjunto con los cambios sociales, afectaron la capacidad productiva de las empresas al interrumpir las cadenas de abastecimiento, e impactaron la gestión de recursos. Por otro lado, los hábitos de consumo también cambiaron como consecuencia de la situación actual, por restricciones de movilización o un gasto administrado. Como resultado de esta coyuntura, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos proyectaron una caída del PBI local de casi 6% para este año.
Con el fin de medir el impacto global de la crisis e identificar acciones de recuperación, PwC realizó una encuesta global (CFO Pulse) a más de 850 líderes empresariales y los resultados evidencian una preocupación generalizada por el impacto de la situación, pero también las oportunidades de transformación del negocio que la “nueva normalidad” va a generar. Más del 85% de los encuestados considera que la crisis sanitaria tendrá un impacto negativo y directo en sus resultados incluyendo la operatividad, liquidez y gestión de recursos. Sin embargo, más del 40% mantiene una perspectiva positiva sobre la resiliencia de su empresa para recuperarse en los tres meses siguientes al fin de la crisis, siendo las industrias más optimistas las de tecnología, servicios públicos, salud, y actividades extractivas. Por último, la encuesta revela la convicción de los líderes para proveer ambientes seguros y confiables para sus clientes y colaboradores con respecto al nuevo escenario.
Reducir costos ya no es una opción y las estrategias se vuelven más complejas dada la velocidad de los cambios en este contexto. Es así como los abordajes tradicionales de reducción de costos – recortes discrecionales – se ven destinados al fracaso. En medio de niveles récord de incertidumbre, los líderes empresariales se enfrentan a decisiones diarias sobre cómo manejar la crisis e implementar estrategias de recuperación. Las iniciativas de reducción de costos representan más del 80% de acciones a considerar por los encuestados. Sin embargo, solo un tercio de estas acciones alcanza sus objetivos. Entonces nace la pregunta: ¿Cómo aseguramos que los programas de reducción de costos sean exitosos?
El abordaje debe estar basado en las preguntas clave: ¿Qué hacemos?, ¿Dónde?,¿Cómo y qué tan bien los hacemos?
“Un programa transformacional de reducción de costos permitirá aumentar la liquidez y maximizar utilidades, sin quitar músculo para el crecimiento futuro de la empresa. Ello se podrá lograr alineando el programa en torno a las capacidades diferenciadoras y rediseñando la organización con un claro enfoque e identidad para llegar a un crecimiento sostenible”, destaca Ariel Fleichman, socio de Strategy&, firma de PwC.