Desde hace décadas se habla de la necesidad de transformar la estructura de las organizaciones para volverlas más ágiles y dinámicas. El avance de la tecnología reconfiguró la demanda de habilidades y puestos de trabajo, donde el sistema educativo y de capacitación se vieron en la necesidad de acompañar el cambio y abordar las demandas del futuro. Pero con la irrupción de la pandemia todo se aceleró, desafiando a las organizaciones a repensar el modelo de aprendizaje de sus empleados bajo una nueva realidad.
Según el último sondeo realizado por PwC Argentina, sobre cómo el COVID-19 impacta a las empresas, sólo el 20%, que tiene un procedimiento de trabajo a distancia, asegura que sus empleados poseen habilidades suficientes para llevarlo a cabo. Es en estas situaciones donde la necesidad de capacitación y aprendizaje se torna critica para la continuidad de los negocios. Entonces, ¿cómo se puede aprender en momentos de crisis?
Para llevar adelante cualquier tipo de capacitación y entrenamiento realmente efectivo, primero hay que diseñar un plan específico que abarque las necesidades de la compañía, desde las más críticas a las menos importantes. Y, para hacer esto, se deben tener en claro los objetivos de la compañía y qué procesos son fundamentales para la continuidad de su negocio. Si se cuenta con un esquema de capacitación estructurado, aprender y/o incorporar nuevas habilidades se vuelve más simple y ordenado.
Los expertos en desarrollo de carrera Kelly Palmer y Aaron Hurst1, aseguran que uno de los principales problemas que encuentran es la motivación de los empleados para aprender habilidades nuevas que le permitan llevar adelante su trabajo, especialmente en momentos de crisis. Describen tres conceptos claves para mejorar el aprendizaje en las compañías:
En un ambiente laboral cambiante y dinámico, cualquier situación de crisis muestra que determinados cambios deben hacerse de manera rápida y efectiva. El objetivo de estar preparados para los distintos escenarios, ya sean estos posibles de anticipar o repentinos, es que los equipos cuenten con la oportunidad del aprendizaje continuo. Y es así como aquellas empresas que llevan adelante un plan de transformación hacia un modelo dinámico se encuentran mejor preparadas para enfrentarse a nuevos paradigmas y cambios en el mercado.
Por mucho tiempo, el aprendizaje en el trabajo ha girado sobre la capacitación obligatoria. Como resultado de esto muchos empleados ven esta instancia como una obligación y no como una oportunidad. En contraposición, darle la libertad de elección sobre qué habilidades y prácticas adquirir genera mayor motivación del empleado a capacitarse y aprender, en línea con la estrategia del negocio.
Aseguran que un ciclo de 4 etapas es la mejor manera. Primero, la persona a capacitarse se interioriza en determinada habilidad mediante videos, cursos online, artículos, charlas TED, o de la mano de un compañero de equipo. Luego el empleado demuestra lo aprendido a un referente y obtiene feedback; y, por último, analiza y considera la devolución y ve cómo puede hacerlo mejor. Este ciclo se repite hasta dominar la habilidad o tarea.
Se pide a los empleados que reserven tiempo para pensar y reflexionar sobre su carrera y qué necesitan aprender. Este proceso es más efectivo cuando se hace con un compañero. La interacción entre pares sobre objetivos dentro de la empresa lleva a ambos a formular un plan de desarrollo realmente atractivo. Esta práctica ayuda a los empleados a desarrollar habilidades como empatía, escucha activa y comunicación, además de facilitar el manejo del stress en el trabajo del día a día.
En su artículo “Cuatro formas diferentes para aprender”2, el especialista Erik McNulty menciona que, en épocas de disrupción continua se presentan cuatro formas de aprender o adquirir conocimiento que difieren de las formas tradicionales.
En resumen, hay muchas formas de implementar capacitaciones al interior de una organización desafiando el aprendizaje tradicional, pero hacerlo en momentos de crisis es un reto que interpela la manera de llevar adelante una estrategia de negocios. Las personas son el activo principal y pueden potenciar al máximo los objetivos, si le brindan el espacio, herramientas y habilidades que necesitan para transitar los momentos de cambios y transformación.
1 Palmer K. y Hurst A. (2020).
How to help employees learn new skills amid a crisis.
2 McNulty E. (2020).
Four different ways of knowing.