Sin duda la situación desatada por el COVID-19 ocupa hoy un lugar prioritario en la agenda de todas las organizaciones. La pandemia transformó en muy pocas semanas y de manera muy profunda el escenario económico y de negocios, y en consecuencia el panorama de riesgos desde todos los flancos: sociopolíticos, económicos, regulatorios, competitivos, financieros, operativos, reputacionales, de recursos humanos, de proveedores y tecnológicos.
Cambios que antes se producían en meses o años, ahora están sucediendo muy rápidamente. Y los niveles de incertidumbre en cuanto a la duración de la pandemia y sus efectos en el mediano y largo plazo son todavía muy elevados.
Todas las empresas estuvieron abocadas en las primeras semanas a preservar la salud de sus empleados y clientes, responder a los desafíos operativos que planteó el aislamiento y a aplicar medidas que permitan sobrellevar los impactos económicos que generó el coronavirus.
En este contexto sin precedentes, es clave contar con un marco para la gestión de riesgos, que ayudará más que nunca a la toma de decisiones en momentos de incertidumbre.
Facilitamos un taller (podría ser virtual) para acordar los escenarios probables y razonables, identificar riesgos potenciales e impactos vinculados al COVID-19 así como evaluar los niveles actuales de preparación.
Foco en los riesgos críticos actuales de la organización. Acceso a profesionales de diferentes disciplinas en un mismo espacio para obtener una visión integral de los riesgos. Re asignación de prioridades, recursos y mecanismos de monitoreo.
Esta revisión abarca, entre otras, cuestiones tales como:
Revisiones ágiles, identificación de puntos ciegos de exposición a riesgos, respuesta antes de que el riesgo se materialice, visibilidad para los diferentes stakeholders.
Facilitamos la implementación de marcos ágiles de gestión de riesgos con una estructura, procesos y tecnología que permitan:
Reducir la incertidumbre, navegar el período de estabilización y recuperación minimizando riesgos y capturando oportunidades y alinear los recursos de la organización para una efectiva gestión integral de riesgos.
Evaluar los planes de recuperación ante desastres para la tecnología que soporta la operación durante el aislamiento.
Evaluar la respuesta de la organización a la crisis para identificar ajustes y adecuar los planes de recuperación ante desastres (DRP) y los planes de continuidad de negocios (BCP).
Capturar las lecciones aprendidas durante la gestión de la respuesta a la crisis, fortalecer la resiliencia organizacional y estar preparados para el próximo evento disruptivo.