28/06/21
Las empresas están repensando su negocio y transitando el camino que va “del miedo” hacia “la previsión”, acomodándose a la nueva realidad, usando la información disponible y tratando de desplegar una comunicación clara ante su personal, clientes y proveedores. Está claro que el panorama difiere según el sector, tamaño y la localización geográfica de cada una de ellas, pero en general todas están tratando de no aferrarse al pasado, enfocándose en el presente y al mismo tiempo rediseñando su futuro.
Las pymes son un importante motor del entramado productivo, producen riqueza y emplean mano de obra, sin embargo, son las que más sufren los vaivenes de la economía. Según reveló la 8va. Encuesta a Pymes de PwC Argentina, realizada entre los meses de marzo, abril y mayo de 2021, sus mayores preocupaciones son la presión tributaria (89 %), inflación ( 84%) y la volatilidad del tipo de cambio ( 64%), exactamente las mismas y en el mismo orden que en la edición anterior del sondeo.
Pablo Boruchowicz, socio de PwC Argentina a cargo del área de Pymes comentó: “El mundo cambió, y con él la economía mundial, y es imposible pensar que las Pymes pueden permanecer ajenas a los acontecimientos. La mayoría de las empresas están viviendo un quiebre cultural y están convencidas que la transformación digital es imprescindible para reactivar sus negocios en esta nueva realidad. Toda crisis genera oportunidades y este sector, que es una fuente indiscutida de empleo de calidad, tiene que ser tenido en cuenta en los planes del Estado para que pueda reimpulsar su crecimiento.”
Si bien el Gobierno Nacional implementó una serie de medidas para reducir el impacto económico negativo para este sector, no resultan suficientes para paliar la crisis económica, agravándose aún más en aquellas pymes industriales relacionadas a productos no esenciales y también las vinculadas a servicios como el turismo, entre otros. Una muestra de ello es que más de la mitad de las pymes (53%), no accedieron a dichos programas ATP y/o REPRO, y las razones manifestadas (si bien algunas de ellas no calificaban), en su mayoría fueron para evitar que el Estado ejerza algún tipo de control sobre la empresa.
Una de las salidas que tomaron los empresarios fueron los préstamos bancarios u otro tipo de financiamiento, a los cuales accedieron el 44% de las empresas encuestadas para mantener su capital de trabajo y en mayor medida optaron por la “autofinanciación” y la reducción de costos.
En lo que respecta a la muestra de empresas encuestadas y más allá del contexto condicionante que venimos describiendo, manifestaron algunos signos de recuperación, teniendo en cuenta que casi la mitad de ellas (51%) opera dentro de las actividades esenciales.
Cuando se les consultó por los resultados comparando el primer trimestre del 2021 respecto del cuarto trimestre del 2020, el 41% respondió que fueron “superiores”, el 30% “iguales” y para el 29% de la muestra fueron “inferiores”. Es importante considerar que sólo el 35% de estas empresas operaron a una tasa de capacidad máxima de entre el 91 y 100%. Cuando se les preguntó qué es lo que más afectó (o continúa afectando) a la empresa desde el comienzo de la pandemia, los resultados fueron categóricos:
El 59% implementó el trabajo remoto, el 36% se volcó a las ventas online y se enfocó en los “protocolos de comunicación ante la crisis (37%)”. También surgió la “creación de espacios virtuales para el encuentro de distintos sectores (28%). Si bien el home office conformó una alternativa viable para este sector en momentos de restricciones de movilidad por el confinamiento, la mayoría de las empresas (53%), sólo trabaja en esta modalidad menos del 30% de su personal y sólo un 24% de ellas lo hace más del 90% de su nómina.
Con respecto al impacto que generan la prohibición de despidos y la doble indemnización impuestas por la Administración actual, para el 75% de los empresarios encuestados hace casi inviable pensar en la contratación de nuevo personal condicionando su normal funcionamiento.
En cuanto a la implementación de nuevas restricciones por parte del Gobierno, por el aumento de la ola de contagios, el 79% de los empresarios considera que afectan negativamente el desarrollo de sus negocios porque llevan a una baja de las ventas y la actividad, disminución de la demanda, reducción de la producción con un consecuente desabastecimiento de mercadería, cortes en la cadena de pagos y problemas de logística y distribución, entre otros.
De cara al futuro:
La encuesta revela que para el 41% de los encuestados la expectativa de crecimiento para lo que resta del año es moderada, mientras que para el 44% es baja o nula. Los empresarios del sector, que ya están analizando los desafíos pospandemia, comienzan a esbozar una serie de acciones que contribuirán, a su entender, en posibles motores que fortalezcan y pongan nuevamente en marcha a sus empresas, entre las que mencionan: desarrollo de nuevos negocios (54%) y canales de comercialización (48%), inversión en marketing digital (50%), reducción de costos y análisis del margen de rentabilidad (46%).
“Hace ocho años, como conclusión de la primera edición de esta encuesta1, se le pedía a las Pymes que salieran a buscar oportunidades, más allá de las preocupaciones basadas en los obstáculos propios de ese momento, como los crecientes niveles de inflación, las restricciones aduaneras y cambiarias y el acceso al crédito. Hoy, y entendiendo el contexto donde va situando la pandemia a este tipo de empresas, la sustentabilidad y supervivencia no sólo dependerá de su voluntad para innovar y sus ganas de seguir siendo productivas, sino de las decisiones gubernamentales, reglas previsibles y consensos básicos económicos y sociales que incluyan a este sector entre los prioritarios al momento de tomar decisiones” finaliza el socio de PwC Argentina.