22/10/18
En razón que la situación económica y financiera actual podría generar impactos en los negocios de algunas entidades, resumimos brevemente ciertos aspectos especiales que podrían ser tenidos en consideración durante las auditorías, revisiones de períodos intermedios, o revisiones de sindicatura, sobre estados financieros. Partiendo del hecho de que no todas las industrias se han visto afectadas, es importante aplicar las recomendaciones que aquí se sugieren analizando caso por caso.
La tendencia general de baja en el volumen de operaciones, junto con el deterioro en los niveles de cobranza de créditos, podrían afectar seriamente las proyecciones de flujo de caja, originando problemas de liquidez, en un contexto donde la disponibilidad de créditos financieros podría verse restringida y encarecida. El auditor, o el síndico, debería entonces analizar críticamente los riesgos de descalce entre activos y pasivos corrientes.
Analizar los potenciales deterioros en el valor de este tipo de contratos, también se debería ser muy críticos sobre las fuentes de valorización utilizadas (competentes e independientes).
Además de revisar críticamente la determinación de los fair values en los instrumentos derivados, y su debido reflejo en los estados financieros, se debería indagar sobre existencia potencial de productos derivados complejos o inusuales que pudiesen representar pérdidas encubiertas.
Indagar sobre los riesgos de crédito de la contraparte.
Analizar la necesidad de involucrar a especialistas para la realización de procedimientos de auditoría relacionados con este riesgo.
Se debería tener en consideración que la cartera de clientes puede haberse resentido. Este aspecto deberá ser revaluado al realizar los análisis de incobrabilidad.
Ante la desaceleración de los niveles de actividad, podría observarse una tendencia al incremento de activos obsoletos por el aumento en los niveles de inventario en ciertas industrias.
Una de las consecuencias del contexto económico y financiero actual ha sido el aumento generalizado de las tasas de interés. Esta situación tiene un impacto en la valuación de créditos a largo plazo, los cuales deben ser registrados a su valor descontado. A su vez, tener en cuenta este punto en aquellos casos en los que no se realizaba el descuento de los saldos de créditos por considerar no significativo su efecto.
Se deberían identificar potenciales impactos sobre activos fijos, inversiones en otras empresas, menores valores de inversión y otros intangibles.
La revisión de las proyecciones operacionales puede afectar seriamente la posibilidad de recuperación de activos por impuesto diferido.
Particular atención a entidades con vencimientos significativos en el corto plazo que puedan verse afectadas por la iliquidez del mercado y aquellos casos en que se deben cumplir con indicadores financieros ("covenants") que puedan verse afectados.
La devaluación podría haber impactado, a su vez, la capacidad de algunas entidades para el repago de sus deudas financieras.
Determinadas empresas pueden depender operacionalmente de uno o más proveedores. Se debería indagar sobre las medidas adoptadas por éstas para identificar proveedores que pudiesen estar experimentando problemas y de los planes contingentes establecidos al efecto.
El escenario actual requiere una revisión de la razonabilidad de los criterios de estimación utilizados, tanto respecto a valorización de activos como de pasivos y pasivos contingentes.
Especial atención a todos aquellos rubros de los estados financieros que puedan verse afectados por la determinación de fair values. Por otra parte, se debe asegurar de la razonabilidad de las bases utilizadas por las entidades para obtener/determinar los mismos.
Asociado a los riesgos de crédito, pueden existir garantías reales que hayan visto seriamente deteriorada su valorización.
Asimismo, pueden existir garantías otorgadas a partes relacionadas o terceros que, ante un eventual deterioro del deudor principal, respecto del cual la entidad se constituyó como fiador, den lugar a la necesidad de constituir un pasivo o de aumentar el pasivo ya registrado.
Se debería evaluar la necesidad de realizar procedimientos sustantivos al cierre del ejercicio o período, reevaluando aquellos casos en que se haya aplicado este tipo de procedimientos a fecha preliminar. Lo anterior puede incluir la necesidad de obtener nueva evidencia de terceros independientes (confirmaciones), como asimismo la conveniencia de incrementar el tamaño de las muestras.
Antes de comenzar los procedimientos de revisión final, el auditor o el síndico necesariamente se deberían reunir con los niveles adecuados de la dirección de la entidad para discutir su visión sobre los impactos del contexto actual, concretos o potenciales, y sobre los planes de acción tomados al efecto. Se debería consensuar aquellas partidas de los estados financieros que se pudiesen ver directamente afectadas y definir, de común acuerdo, instancias de seguimiento y comunicación.
Este tipo de planes, en particular, pueden afectar las operaciones futuras de la empresa y, eventualmente, requerir ajustes o debida exposición en los estados financieros.
Tener en cuenta cambios posibles en estrategias de negocios, que podría impactar en las operaciones de las entidades. (Reducción de las operaciones, eventual venta una subsidiaria, etc.)
En un escenario como el presente, la presión por resultados y cumplimiento de metas podría incrementar los riesgos de auditoría.
Consecuentemente con lo anterior, se puede incrementar el riesgo de manipulación de la información financiera y aumenta la posibilidad que terceros o personal de la empresa puedan cometer actos irregulares.
Se debería asegurar que las medidas tomadas por la dirección para enfrentar la situación no constituyan un deterioro en los sistemas y procedimientos de control interno de la entidad.
Efectuar el debido seguimiento de las situaciones potencialmente observadas, hasta la fecha del dictamen profesional, incluyendo la evolución futura de las tendencias de valorización, situación de clientes y proveedores, cumplimiento de covenants y otros.
Es importante prestar especial atención a la debida identificación, valorización y exposición de los efectos de instrumentos derivados, pasivos omitidos, en general, y pasivos contingentes.
“Auditar lo que está reflejado en los estados financieros siempre será relativamente fácil, el gran desafío es auditar lo que no está en ellos. Sin perjuicio que esta inquietud básica trasciende el escenario actual”
Auditores, y sobre todo los síndicos, deberían estar atentos a que, como consecuencia de esta coyuntura, algunas de las entidades podrían quedar encuadradas en estos artículos de la LGS. Esta situación debería exponerse adecuadamente en los estados financieros, conjuntamente con los planes de acción de la dirección para resolverla y, de corresponder, debería tener tratamiento en el informe profesional.
Los casos más afectados podrían derivar en un párrafo por duda material sobre "empresa en funcionamiento" en los informes profesionales, con su respectivo detalle de la situación en nota a los estados financieros de acuerdo con IAS 1 o RT 17.
Es recomendable requerir a las entidades auditadas la evaluación de escenarios posibles ante una eventual aplicación del ajuste por inflación contable (IAS 29 o RT 6). Donde cuestiones como pagos de dividendos y su impacto en la situación económica y financiera de la sociedad, o la recuperabilidad de ciertos activos, una vez realizada la remedición, deberían ser reevaluadas.
También es necesario mencionar que la eventual aplicación del ajuste por inflación podría mejorar los resultados o situación patrimonial en algunas de las entidades y desmejorarla en otras.
Sin perjuicio de las situaciones particulares que pudiesen requerir debida exposición en nota, se debería evaluar la conveniencia de sugerir a las entidades la necesidad de revelar determinados riesgos, operacionales o financieros, así como situaciones de incertidumbre.