Muchas empresas sortearon las primeras semanas de la crisis ejecutando y adaptando las falencias en sus planes de continuidad, monitoreando el avance de sus negocios, tomando decisiones para atender las necesidades de flujo de caja y garantizando la seguridad de sus trabajadores.
Pero las organizaciones ya están entrando en una nueva etapa y el foco debería estar en evaluar los nuevos riesgos con terceros y lo que significan para sus operaciones. Esto implica comenzar con un diagnóstico sobre la situación de los proveedores y clientes críticos, para después seguir con un proceso de revisión integral centrado en las prestaciones que poseen mayor riesgo y dificultad en su gestión.
Un proceso de aseguramiento comercial implica identificar, validar y administrar los riesgos asociados con los contratos de terceros y brindar la oportunidad de generar ahorros, mejoras de procesos, al tiempo que garantiza el cumplimiento.
Identificar los errores en la facturación de costos históricos descubiertos mediante la verificación detallada de los contrato.
Integrar mediante un marco de gestión para supervisar las relaciones clave de terceros con el objetivo de mitigar el riesgo y mejorar la gobernabilidad a través de una identificación más rápida del riesgo, una mejor evaluación / monitoreo de los términos contractuales establecidos.
Incorporar un marco operativo compatible para la gestión de terceros. De esta manera, el negocio está mejor posicionado para evitar y gestionar el riesgo y responder de manera efectiva al interés del sus “stakeholders”.